OPINARIO| POTROGATE: LOS ERRORES DEL RECTOR
Fabián Rodríguez
No cabe duda que el proceso de sucesión a la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México pasará a los anales de su historia, no por el argumento de paridad y sí por la concatenación de errores gestados desde la oficina principal de rectoría, hoy identificados como el Potrogate.
Cuando pensamos que tratar de impedirle el paso a Laura Benhumea en la candidatura para la rectoría sería el escándalo que marcaría la agenda a seguir durante el periodo de campaña, Carlos Barrera nos sorprendió; todavía habría más.
Audios presuntamente manipulados, peritos a favor, peritos en contra; la amenaza de dejar las arcas vacías, demandas ante la Fiscalía de justicia, paros, huelgas, marchas y movilizaciones, pintas, asambleas realizadas bajo el agua y censura al alumnado, entre otros, dejaron como resultado la caída estrepitosa de la figura del rector en los últimos dos meses de su gestión.
La última polémica se llevó a cabo hace unos días en Ixtapan de la Sal, cuando en una asamblea opaca se eligieron a cuatro consejeros más de los Centros Universitarios y Unidades Académicas Profesionales que por primera vez de vida universitaria participarán en el proceso de sucesión, es decir, más votos para la candidatura oficial.
La sesión del consejo Universitario fue presidida por el rector Carlos Barrera, obviamente, pero la figura del secretario recayó en Luis Raúl Ortiz Ramírez, quien a su vez también es el secretario técnico de la Comisión Especial Electoral en este proceso de transición, es decir, juez y parte.
La asamblea transcurrió como en las épocas más oscuras del régimen priista del siglo pasado. No se dio a conocer algún escrito o acuerdo previo en la toma de decisión de tan envergadura, es más, ni votación hubo, solo la aprobación del texto escrito por el propio rector lo que cayó como bomba al interior de la comunidad estudiantil.
La mala contención de crisis durante este insólito proceso de renovación, concluye hoy en la primera marcha organizada por el alumnado de diferentes facultades, algunas en paro y otras que están a punto de hacerlo, lo cierto es que la estigmatizada candidata oficial tiene hoy todas las de perder, porque, con todos estos antecedentes y en caso de tenga un triunfo democrático, las probabilidades de una huelga general, cada día es más latente.
Hoy por hoy la comunidad universitaria no conoce la oferta de propuestas de las aspirantes a la rectoría, ellas dejaron de ser el foco de atención, dejaron ser lo importante; a su vez, los errores del rector fueron los que sobresalieron en esta etapa de campaña, lastimando profundamente la identidad “perínclita cumbre” uaemita. Lástima.
