Hassán Nasralláh, el jefe del Hezbolá muerto en un bombardeo israelí

 Hassán Nasralláh, el jefe del Hezbolá muerto en un bombardeo israelí

El fallecido jefe de Hezbolá, considerado el hombre más poderoso de Líbano, vivía en la clandestinidad desde la última guerra entre Israel y el movimiento islamista en 2006

Pero el viernes el ejército israelí consiguió localizarlo y matarlo. 

Por Daniel Bellamy & Euronews con AP
 28 septiembre 2024.-  El viernes, Israel habría matado en un ataque aéreo masivo al líder de Hezbolá, el grupo militante islámico chiíta con sede en Beirut, la capital libanesa, según han confirmado las Fuerzas de Defensa este sábado.
El miércoles, Hezbolá declaró que había atacado la sede del Mossad con un misil disparado hacia Tel Aviv que fue interceptado posteriormente. Mientras tanto, Estados Unidos y Francia pidieron un alto el fuego de 21 días. Israel rechazó la propuesta afirmando que seguirá luchando contra Hezbolá.

Hassan Nasrallah había dirigido el grupo militante libanés durante las tres últimas décadas, transformándolo en uno de los grupos paramilitares más poderosos de Oriente Próximo. El viernes por la tarde, la aviación israelí derribó seis edificios en el barrio de Haret Hreik, en el sur de Beirut, el mayor ataque contra la capital libanesa en casi un año de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá.

El Ejército israelí afirmó que el ataque, que causó decenas de muertos y heridos, alcanzó el cuartel general de Hezbolá en Beirut. Tres importantes cadenas de televisión israelíes dijeron que Nasralá era el objetivo de los ataques en los suburbios del sur de Beirut, lo que ha sido confirmado por el Ejército israelí. Los responsables de Hezbolá no hicieron comentarios.

Bajo el liderazgo de Nasralá, de 64 años, Hezbolá ha librado guerras contra Israel y ha participado en el conflicto de la vecina Siria, contribuyendo a inclinar la balanza de poder a favor del presidente Bashar Assad.

Nasrallah, astuto estratega, reconvirtió a Hezbolá en archienemigo de Israel, cimentando alianzas con líderes religiosos chiíes de Irán y grupos militantes palestinos como Hamás.

Idolatrado por sus seguidores chiíes libaneses y respetado por millones de personas en todo el mundo árabe e islámico, Nasralá ostenta el título de ‘sayyid’, un título honorífico que significa que el linaje del clérigo chií se remonta al profeta Mahoma, fundador del Islam.

Ardiente orador considerado extremista en Estados Unidos y gran parte de Occidente, también se le considera un pragmático en comparación con los militantes que dominaron Hezbolá tras su fundación en 1982, durante la guerra civil libanesa. A pesar del poder que ostenta, Nasrallah ha vivido en gran parte oculto por temor a un asesinato israelí.

Ascenso de Nasralá al poder

Nacido en 1960 en el seno de una familia chií pobre del humilde suburbio de Sharshabouk, en el norte de Beirut, Nasralá fue desplazado posteriormente al sur de Líbano. Estudió teología y se unió al movimiento Amal, una organización política y paramilitar chiíta, antes de convertirse en uno de los fundadores de Hezbolá.

Hezbolá se formó con miembros de la Guardia Revolucionariairaní que llegaron a Líbano en el verano de 1982 para luchar contra las fuerzas invasoras israelíes. Fue el primer grupo que Irán respaldó y utilizó como medio para exportar su marca de islam político.

Nasralá construyó una base de poder a medida que Hezbolá se convertía en parte de un grupo de facciones y Gobiernos respaldados por Irán conocido como el Eje de la Resistencia.

Dos días después de que su líder, Sayyed Abbas Musawi, de 39 años, muriera en un ataque israelí con helicóptero de combate en el sur del Líbano, Hezbolá eligió a Nasralá como secretario general en febrero de 1992. Cinco años después, Estados Unidos designó a Hezbolá organización terrorista.

Bajo el mandato de Nasralá, Hezbolá lideró la guerra de desgaste que condujo a la retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano en el 2000, tras 18 años de ocupación. El hijo mayor de Nasralá, Hadi, murió en 1997 luchando contra las fuerzas israelíes.

Tras la retirada israelí del sur de Líbano en el 2000, Nasralá alcanzó el estatus de ícono tanto en Líbano como en el resto del mundo árabe. Sus mensajes se emitían por la radio y la televisión por satélite de Hezbolá. Estatus que se consolidó cuando, en 2006, Hezbolá se enfrentó a Israel hasta llegar a un punto muerto durante los 34 días que duró la guerra.

Cuando estalló la Guerra Civil siria en 2011, los combatientes de Hezbolá se apresuraron a ponerse del lado de las fuerzas de Assad, a pesar de que la popularidad de Hezbolá cayó en picado cuando el mundo árabe condenó a Assad al ostracismo.

Hezbolá se une a la guerra entre Israel y Hamás

Un día después de que comenzara la guerra entre Israel y Hamás, el 7 de octubre, Hezbolá comenzó a atacar puestos militares israelíes a lo largo de la frontera, calificándolos de “frente de refuerzo” para Gaza.

En discursos pronunciados a lo largo del conflicto, Nasralá ha afirmado que los ataques transfronterizos de Hezbolá habían alejado a las fuerzas israelíes que, de otro modo, estarían centradas en Hamás en Gaza, y ha insistido en que Hezbolá no detendría sus ataques contra Israel hasta que se alcanzara un alto el fuego en Gaza.

Nasralá ha mantenido un tono desafiante, incluso cuando las tensiones aumentaron drásticamente en las últimas semanas al anunciar Israel una nueva fase del conflicto destinada a hacer retroceder a Hezbolá de la frontera para permitir el regreso de miles de desplazados del norte de Israel.

Israel lanzó ataques en los que murieron altos mandos militares del grupo y se le atribuyó la explosión de miles de dispositivos de comunicación, utilizados principalmente por miembros de Hezbolá, que causó 37 muertos y miles de heridos.

LARL

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